sábado, 4 de mayo de 2013

Opciones Claves para reducir la Pobreza


Sostener la estabilidad macroeconómica y el crecimiento
  • Mantener un ambiente macroeconómico estable y previsible, con una inflación baja, con balances fiscales sostenibles, y un prudente manejo de deudas, es una pre-condición para el crecimiento y la reducción de la pobreza.
  • Acelerar el crecimiento económico y la creación de empleos y oportunidades generadoras de ingresos, requiere de continuos esfuerzos para mejorar el clima de negocios.
  • Fortalecer el ambiente regulatorio de la infraestructura económica de Honduras permitirá la tan necesaria eficiencia operacional, los servicios de calidad y la expansión del acceso.
  • Desarrollar un sector financiero robusto, competitivo y accesible, que facilite la acumulación de capital, requerirá reformas para fortalecer la gobernabilidad y la solvencia de las instituciones del sector financiero, su regulación y supervisión, y su infraestructura legal y tecnológica.
  • Mejorar la gobernabilidad apoyará la aceleración del crecimiento económico y la reducción de la pobreza.
Mejorando la calidad de la educación y la productividad laboral
  • Mejorar los niveles de educación de la fuerza laboral es esencial para aumentar el crecimiento, aprovechando la mayor apertura de los mercados, y para reducir la pobreza en el largo plazo.
  • El trabajo infantil probablemente disminuiría en un plazo cercano, al aumentar el acceso a la educación básica y secundaria, particularmente en áreas rurales.
  • Programas de transferencias de dinero condicionadas combinados con un mejor acceso a servicios de cuidado infantil pueden tener un gran impacto en aumentar la probabilidad de que los niños asistan a la escuela, retardando su ingreso a la fuerza laboral. 
  • Mejorando la eficiencia y efectividad de los gastos en pobreza
  • El Gasto Público Social y los programas focalizados en la Reducción de la Pobreza podrían ser más eficientes y estar mejor focalizados. 
  • El gasto podría ser reasignado hacia programas pro-pobres, incluyendo educación primaria, que tiene el mayor impacto pro-pobre, pero ligado a mejoras en calidad.
  • La reducción de la pobreza en áreas rurales requiere el acceso seguro a la tierra como prerrequisito para mejorar la productividad rural y aumentar las oportunidades generadoras de ingresos para los pobres.
  • Se necesita urgentemente programas de nutrición y de desarrollo temprano para niños menores de tres años. 
  • La disminución de los costos de transacción para las remesas y el aumento del acceso a servicios de ahorro pueden ayudar a los pobres a estabilizar el consumo y aumentar el acceso al crédito.

Honduras reporte de pobreza: logrando la reducción de la pobreza


La pobreza en Honduras apenas ha cambiado desde 1998, a pesar del crecimiento económico positivo de alrededor de 3 por ciento anual en términos reales. Si bien el PIB per cápita se ha mantenido estancado en 0.3 por ciento anual, esto explica sólo parcialmente la falta de progreso en los indicadores de pobreza. Entonces, ¿por qué se ha mantenido tan persistente la pobreza en Honduras y qué pueden hacer los encargados de políticas para elevar los niveles de vida? Esta es una pregunta clave para Honduras y el objetivo principal de este informe es investigar las causas y consecuencias de la pobreza del país, y ofrecer opciones de políticas para lograr en forma sostenida la reducción de la pobreza y el crecimiento. El continuo progreso en la reducción de la pobreza y en el crecimiento es un proyecto a largo plazo y no existen soluciones rápidas. Sin embargo, como lo señala el análisis de este informe, existen políticas que podrían implementarse en los próximos años, que tendrían beneficios a corto y a largo plazo.


Estadísticas de pobreza y desigualdad:

 En este aspecto, el 66.2% de la población del país se ubica por debajo de la línea de pobreza, mientras que cerca de un 45.3% se encuentra en condiciones de extrema pobreza. Es válido acotar que los niveles de pobreza son muy elevados en el país; Tegucigalpa y el departamento de Cortés, que se sitúan como focos de desarrollo, presentan los menores grados de pobreza. Sin embargo, estos alcanzan niveles importantes en el medio rural.
En cuanto a los niveles de desigualdad en la distribución de la renta de la sociedad hondureña, el decil más pobre recibe solo el 0.6% del ingreso nacional, mientras que el decil más rico abarca el 43.4%. Entre tanto, el coeficiente de desigualdad de Gini es cercano al 0.580. El país presenta altos niveles de desigualdad si se compara con el promedio de Latinoamérica.



Estadísticas laborales:

 La Población Económicamente Activa (PEA) representa el 42.1% del total nacional. Esta relación es mucho más alta en los hombres, con el 71.0%, que en las mujeres, a quienes les corresponde el 37.4%. Al desarrollar el análisis por las ramas de actividad, el sector primario de la economía concentra cerca del 37.8% del total de la población ocupada; el sector secundario, por su parte, abarca el 18.2%; mientras que el sector terciario representa el restante 44.0%. El porcentaje que labora en el sector público es bajo y se estima en solo cerca del 8.0%. La tasa de desempleo es relativamente baja y se estima en solo el 6.4%, pero el subempleo sí es muy elevado. La mejor aproximación es la que se da para el sector informal de la economía, que llega al 60%.
En términos de seguridad social, la cobertura brindada por el Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) es equivalente al 39% de las personas empleadas en el sector público y privado. No obstante, cerca del 68.3% del total de la población no tiene cobertura, mientras que cerca del 30.1% carece de acceso a los servicios de salud

Estadísticas de género:

En términos de equidad de género, el ingreso laboral de las mujeres, en iguales condiciones laborales y capacidades, solo representa aproximadamente el 67.6% del salario promedio devengado por los hombres.2 Según datos del World Economic Forum, la participación y oportunidades económicas presentan una relación inferior a 2/3 de la de los hombres, en variables como participación en la fuerza laboral, equidad salarial por trabajo similar, participación de altos funcionarios y participación en trabajos profesionales y técnicos. Por otro lado el empoderamiento político, presenta una relación de 1/5 de la de los hombres, pues en los tres indicadores se puntea muy bajo: mujeres congresistas, mujeres en posiciones ministeriales y número de años del último medio siglo con jefe de Estado mujer.